Popular busca soluciones a medida para sus clientes de convertibles
La entidad inicia contactos para ofrecer soluciones por los bonos que se canjean por acciones en noviembre.
El pasado 13 de abril, Ángel Ron, presidente de Popular, mostraba su preocupación por el posible impacto que pueda tener el canje de los bonos obligatoriamente convertibles del banco y aseguró que estaban buscando una solución que, a su vez, no perjudique a los accionistas. Ron se estaba refiriendo, durante la celebración de la última junta de accionistas, a los bonos convertibles en acciones que lanzó la entidad en 2009, por importe de 700 millones, con los que los inversores acumulan abultadas minusvalías. De hecho, un equipo del banco lleva meses trabajando en este asunto.
Según fuentes consultadas por EXPANSIÓN, entre las que se encuentra alguno de los clientes afectados con una inversión de 100.000 euros, los directores de algunas oficinas han empezado a ponerse en contacto para ofrecerles una solución «como medida compensatoria por el quebranto provocado». En este caso, se le ofrece un depósito al 5% a un plazo de cinco años, aunque el responsable de la sucursal no le enseñó en ningún momento el contrato (solicitado por el cliente para comprobar las características exactas del producto) y propuso la firma de un simple acuerdo para la posterior formalización en un contrato de un depósito de las características descritas.
Sin solución global
Y es que el banco ha decidido que no va a ofrecer una solución global a sus clientes, como ocurrió por ejemplo con Santander y sus bonos convertibles de 2007. Fuentes cercanas al banco aseguran que «sí o sí, el próximo mes de noviembre se va a proceder a la conversión de los bonos en acciones». «Después se analizará caso por caso y se negociará de forma individual en función de la relación y el nivel de vinculación con la entidad», añaden.
El canje obligatorio de estos bonos, cuyo saldo vivo se sitúa actualmente en 635,7 millones de euros, se producirá el 25 de noviembre. La acción está cotizando a 4,37 euros, pero el precio de conversión se sitúa ahora en 17,69 euros. Esto implica que el inversor va a recibir unas acciones que cotizan por debajo de cinco euros como si las pagara a esos 17,69 euros, es decir, un 75% más caras o, lo que es lo mismo, obtendrá unas minusvalías equivalentes a ese porcentaje, sin tener en cuenta los cupones.
La rentabilidad de los cupones si un inversor espera hasta la conversión obligatoria, es decir, hasta noviembre, se situará por encima del 40%. Por tanto, las minusvalías teóricas se reducirían a cotas cercanas al 30%. Dicho de otra manera, para no sufrir pérdidas, la acción tendría que revalorizarse más de un 30% de aquí a noviembre.
El precio de conversión inicial en 2009 que se fijó fue de 7,01 euros, aplicándole una prima del 10% sobre la cotización de ese momento. Este precio, sin embargo, ha escalado a 17,69 euros por las ampliaciones realizadas por el banco en los últimos años y el contrasplit (1X5) de 2013.
Esfuerzo
Popular ya ha hecho un esfuerzo durante estos años para intentar reducir esas minusvalías. El banco ofreció el canje de los convertibles por otros en 2012 con condiciones más favorables: se alargaba el vencimiento de 2013 a 2015, con lo que se aumentaba el margen para recuperar el precio y se abrían ventanas trimestrales de liquidez para poder convertir los bonos de forma voluntaria. Por eso, el importe ha pasado de los 700 millones iniciales a los 635,7 millones actuales.